El error de cálculo del “007” de la Iglesia
Jordi Bertomeu ha lanzado a sus sicofantes en un ataque contra el P. Jaime Baertl, que como yo, un expulsado miembro del Sodalicio, la comunidad que está a punto de disolver.
Jordi “007” Bertomeu
Los aduladores de Jordi Bertomeu se deleitan en llamarlo “el Van Helsing” —mítico cazador de brujas— o el “007” de la Iglesia, pretendiendo presentarlo como un cruzado valeroso que elimina sistemáticamente a individuos e instituciones acusados de “abusadores”.
El monseñor catalán, en efecto, ha intervenido en casos de abusos —no siempre con éxito, como bien lo demuestra el desastroso manejo del escándalo de los jesuitas en Bolivia—, pero en el proceso se ha transfigurado en un abusador del poder conferido. Sin el menor atisbo de justicia, y mucho menos de la caridad cristiana que predica, ha expulsado personas y cerrado instituciones, plegándose a los dictados de una turba secular a la que sirve sea por oportunismo o por candidez.
Y Bertomeu se ha ufanado en Lima que en su lista de killer están varias instituciones más que debe “eliminar” -al diablo con el debido proceso- comenzando, según sus propias palabras, con los Heraldos del Evangelio, apenas termine con el Sodalicio.
Las últimas víctimas de su “heroísmo” son las comunidades vinculadas a Luis Fernando Figari, fundador del Sodalicio y acusado de múltiples abusos. Tres sociedades de vida apostólica —la Fraternidad Mariana de la Reconciliación, las Siervas del Plan de Dios y el Sodalicio de Vida Cristiana— han sido, o están por ser, disueltas de manera sumaria con la excusa de que “no existe carisma fundacional”.
Excusa es, en efecto, el término justo, porque la Iglesia ha reconocido a lo largo de su historia la acción misteriosa del Espíritu Santo incluso en fundadores humana y espiritualmente desastrosos: Marcial Maciel, Jean Vanier y tantos otros. En esos casos se optó por la reforma, no por la aniquilación.
Que el destino del Sodalicio está sellado es ya evidente. Por eso sorprende —aunque no tanto— que Bertomeu, fiel a su cobardía habitual, haya decidido soltar a sus sabuesos contra el P. Jaime Baertl y contra mí.
En días recientes, el pasquín marginal del exsacerdote español José Manuel Vidal, Religión Digital, ha publicado una serie de ataques reiterativos contra el P. Baertl.
Para quienes no lo conocen (seguramente la mayoría) Religión Digital —como he explicado en varias ocasiones— es el chacal de la prensa religiosa española. No sólo por ocupar el subsuelo en términos de tráfico (ni siquiera quienes escriben ahí se leen entre sí), sino porque su modelo de negocio se basa en recibir financiamiento de los jesuitas españoles —a cambio de silenciar sus corruptelas— y del P. Ángel, de Mensajeros de la Paz, a cambio de propaganda encubierta. Vidal completa su presupuesto a través de chantajes velados a episcopados y otras instituciones eclesiásticas bajo la fórmula mafiosa de “te vendo publicidad… o te destrozo”.
Y como la cobardía se ha vuelto pandemia en la Iglesia española, el mecanismo suele funcionar.
Siguiendo instrucciones de Bertomeu, Religión Digital publicó un artículo firmado por el exsodálite Renzo Orbegozo. “Orbegozo” inicia su diatriba contra el P. Baertl en Religión Digital con esta joya de objetividad y caridad:
“En el último acto wagneriano aparece Wotan en su trono, sonriendo eternamente, mientras su mundo desaparece consumido por las llamas. Es el padre Jaime Baertl.”
Cualquier sodálite que conozca a Orbegozo sabe que ni su bagaje intelectual ni su cultura le alcanzan para identificar a Wagner o Wotan. Y yo sé —sin duda— que esta hipérbole hepática, patológica y anacrónica no puede ser sino obra del vetusto Vidal, el verdadero autor del panfleto, digitado desde las sombras por Bertomeu. ¿La médula del texto, donde cada sustantivo está escoltado por veinte adjetivos injuriosos? Que los exsodálites Baertl —y su “asalariado” Bermúdez— atacan a Bertomeu con la intención de revertir el cierre del Sodalicio, y por eso “atacan” al emisario, al que el texto eleva a la categoría de santo viviente.
Que el ataque ha sido coordinado y orquestado por Bertomeu se confirma con la aparición, pocos días después, de un artículo de opinión firmado por Pedro Salinas, coautor junto a Paola Ugaz de Mitad monjes y mitad soldados, y protegido personal de Bertomeu desde los tiempos en que Juan Carlos Cruz los presentó en Roma.
El artículo, publicado en el diario socialista La República bajo el título “La caída del cura Baertl, por Pedro Salinas”, reproduce el mismo libreto que el texto de Orbegozo-Vidal, con dos variaciones. Primero, es más breve, porque La República no ofrece espacio para los interminables vómitos biliosos de Vidal; y segundo, introduce una amenaza explícita: Bertomeu le retirará el estado clerical a Baertl si no se “disciplina”.
Esa amenaza constituye una prueba más de que el artículo proviene, nuevamente, del puño invisible de Bertomeu. En efecto, el “007” vaticano amenazó en persona al P. Baertl con la misma sanción cuando lo convocó —de grado o por fuerza— a una reunión en la Nunciatura en Lima, en la que, sin el menor pudor, le dijo que si no le daba acceso a la mítica y delirante suma de “mil millones de dólares del Sodalicio”, le quitaría el sacerdocio. Curiosamente, también añadió que dicha suma debía contemplar “sus honorarios”. Un pedido tan inusual como grotesco, considerando que a Bertomeu lo remunera la Santa Sede, no las congregaciones que él destruye.
Las extrañas razones
Cuando el Sodalicio está ya a un paso de la disolución definitiva, y cuando Bertomeu finalmente ha comprendido que las supuestas Minas del Rey Salomón eran un mito fabricado por Paola Ugaz —mito que llevó a los principales acusadores a fantasear con indemnizaciones multimillonarias que jamás llegarán—, ¿qué sentido tiene atacar al P. Baertl y amenazarlo con su sacerdocio?
¿Será acaso porque el P. Baertl se atrevió a enviar una extensa carta notarial desmintiendo, punto por punto, las calumnias sistemáticas de Paola Ugaz, quien aún espera que se le cumpla la promesa del día de pago ofrecida por Bertomeu?
Es posible. Juzgue el lector. Ahí está la carta.
CARTA NOTARIAL DEL P. JAIME BAERTL AL DIARIO LA REPÚBLICA
¿O simplemente estamos ante una muestra más de la vanidad patológica —¡y notoria!— de Bertomeu, incapaz de tolerar que se cuestione su relación con un oportunista catalán como él, expuesta por un artículo de El Español y atribuida delirantemente a mí?
Sea cual sea la causa, Bertomeu ha cometido un grave error de cálculo.
En primer lugar, no espero ni pretendo que criticar a Bertomeu —lo que no es más que el deber legítimo de un periodista que cubre temas eclesiales— revierta la disolución del Sodalicio. Ya no tengo nada que perder. Él me desligó de la obediencia y aniquiló la comunidad a la que debía regresar. Puede mandarme todos los Vidales rabiosos que quiera: no tengo ni su vanidad ni su fragilidad. Y lo va a notar en el futuro próximo, porque tengo mucho que decir.
En segundo lugar, el P. Baertl es un amigo entrañable, además de hermano de comunidad. Y sé que la amenaza de retirarle el sacerdocio no hará aparecer de la nada el tesoro fantástico que no sólo no existe, sino que él no controla, pese a los delirios de quienes, después de perderlo todo, aún necesitan enemigos imaginarios porque no tienen nada mejor que hacer en la vida.
No quiero dejar de señalar la espeluznante crueldad de que un funcionario del Vaticano, que dice actuar en nombre del Papa de la misericordia, amenace con destruir la vida sacerdotal de un hombre a cambio de dinero. Crueldad sociopática que ya demostró cuando amenazó con la excomunión —sí, ¡la excomunión!— a dos laicos católicos por el “atrevimiento” de iniciar un proceso judicial al que tenían pleno derecho, como el mismo Papa Francisco les reconoció. Ese es Bertomeu, sin disfraz. Si algo tiene de “007”, es la frialdad con la que ejecuta.
A llorar al mar
Al cerrar la Fraternidad Mariana de la Reconciliación —asesinando una comunidad femenina compuesta por mujeres generosas y entregadas al Señor, la mayoría sin vínculos ni históricos ni generacionales con el fundador—, Bertomeu tuvo la audacia psicopática de enviarles una carta plañidera y cruel que concluía:
“Os ofrezco mis oraciones, para que el Señor os ilumine y fortalezca en el camino que emprendáis, y os pido que recéis por mí, para que pueda desempeñar esta encomienda con caridad y justicia.”
Estoy a la espera de la carta que nos enviará a los sodálites —y digo “nos” porque sigo siéndolo—, y de cómo tratará de presentar la disolución de la comunidad como un accidente o un fenómeno natural, en vez del acto deliberado de frivolidad y maldad que es.
Desde ya, puede contar con mis oraciones. De hecho, ya rezo por él. Pero no para que continúe con encomiendas que nunca debió recibir, sino para que le sean retiradas definitivamente por el próximo pontífice, y pueda regresar al pueblo catalán del que nunca debió salir.
Allí, espero —con espíritu cristiano— que, como él mismo desea a las Fraternas, pueda comenzar una nueva experiencia que recoja lo bueno que ha habido en estos años, purificando y modificando lo que sea necesario". Y estoy seguro que tendrá bastante que purificar.
Apoc. 18, 4 manda salir de la gran Babilonia para no ser complices de su pecado. Y salir de ella no es salir de la Iglesia católica, sino romper con una obediencia ciega, ante quienes, como diría el papa Leon XIII, han puesto el trono de la abominable impiedad, alli donde estaba la silla de Pedro y era luz para el mundo.
Y esto es posible y no es un acto de rebeldía sino de obediencia a Dios, gracias a BXVI, porque y evidentemente con toda intención, hizo que su declaración del 11/02/2013 no fuera juridico-canónicamente una renuncia al contravenir el parágrafo 3 del canon 189, que precisamente norma y es ley, como debe ser una renuncia eclesial que no requiere de aceptación de un superior, como es el caso de la de un Papa, señalando que debe de ser inmediata al pronunciamiento y no diferida.
Asi pues estando vivo BXVI y no constitiyendo su declaración una renuncia válida, el conclave de 2013 fue inválido, como inválido es quien fue elegido Papa, como inválida son su magisterio, decretos, obispos y cardenales, ordenados y creados por el, así como sus sanciones, castigos, penas establecidas contra congregaciones, ordenes, prelaturas, sociedades de vida apostólica, movimientos, etc.
El único papa fue BXVI, en sede impedida según el canon 412 hasta el 31 de diciembre de 2022, en que terminó la tarea del último katejon (2Tes.2,3-4; Isaías 22,20-25). Llevándose la silla de Pedro al cielo, porque asi evitó no solo que el hijo de la perdición se sentara en la silla de Pedro, sino que la Impostura Religiosa advertida en el 675 del catecismo, la celebre ramera de Apoc. 17,1, la gran Babilonia, no pueda elegir jamás un papa canónico. No hay forma hoy de intervención humana que de salida a esta situación. Solo la intervención divina al final de este periodo y conforme a las escrituras.
Es la hora de la cruz de la iglesia fiel de Apoc.12 (cat. 677) y de glorificarse dando testimonio de fe, abrazando la cruz de la Verdad. Ese es el camino de Cristo y el camino que el Sodalicio de Vida Cristiana heroicamente debe seguir.
Y eso que no has mencionado lo que les dijo a las SPD y lo que vienen diciéndoles desde agosto del año pasado con Manel y María Elena Camones. Nadie ha contado esa historia todavía. Es una maraña de mentiras